Me acorde de ti y quise escribirte lo mas lindo que no has leido jamas, pero no pude... por mi cabeza solo pasaba tu nombre


lunes, 26 de septiembre de 2011

Egoismo

Siempre he creído que las relaciones que realmente funcionan son aquellas que comparten: el silencio, las risas, las lágrimas, los miedos, las alegrías o los fracasos, reconociendo que cada parte tiene una vida que realizar; es recorrer el mismo camino de modo que cada quien tome sus propias decisiones y enfrente sus consecuencias. Pienso que eso hace fuerte a una persona y cuando cada parte es fuerte, la relación es sólida.


Pocas veces he visualizado mi vida en pareja, no me gusta hacerlo porque inevitablemente pienso que jamás encontraré a alguien como lo que estoy buscando. De pronto, cuando llego a imaginarme en un compromiso, con todo lo que la palabra implica, pienso en esa persona que tiene la capacidad de amar mis cualidades y respetar mis defectos, quien acepte que no soy un títere al que puede moverle los hilos cada vez que le plazca y respete mis tiempos, mi individualidad y fomente mi desarrollo personal.

Sin embargo, hasta hace poco, después de tantos años me cuestioné sobre lo que yo puedo ofrecer; claro, es más fácil pedir que dar. Me viene la ilusión de amar y por primera vez tengo la sensación de que ahora sí hice una buena elección, pero ¿cómo hace una persona egoísta para compartir su vida? Definitivamente, la vida me puso a prueba una vez más.